Fran
Una vez con Francisco caminamos dentro de una farmacia de Buenos Aires. Yo buscaba cosas femeninas y él buscaba nada mirando en las góndolas. De pronto, me entró una felicidad tan profunda porque sabía que al final del pasillo, al doblar estaría él. Francisco era todo lo que yo podía amar y tan solo con verlo doblando el pasillo yo era profundamente feliz. Él representaba esa cuota de inteligencia absurda porque no era más inteligente que yo, pero lo dejaba aparentarlo. Escribía mejor que él porque le escribía a él. El no me quería tanto, lo sabía , era yo un desdibujo cómico de una mujer de 20 años, era solo la silueta de la mujer que sería, no pensó que en algún momento sería bonita. Me acuerdo de todas las veces que caminamos hasta cansarnos y en la ilusión estúpida que tenía de que me amara como yo lo amaba. Me gustaría volver a alguna escena de nosotros y darle un beso de gato, tener mis parámetros tan en cero que todo me pareciera fantástico y gracioso. Dónde está Fr...